Reacciones en contra del medicamentazo
La cosa es mejor así:
Es unánime el rechazo de los partidos políticos al medicamentazo
Los partidos políticos rechazan el medicamentazo
Acabar con la noticia:
Lo mejor es que evite utilizar sigue, volver, continuar, de nuevo, en los titulares porque el periodismo rara vez se dedica a contar lo que sigue, sino más bien lo que no sigue.
Cuando a los periodistas se nos critica por relatar lo malo, debemos decir que no estamos para dar ni buenas ni malas noticias, sino para informar sobre las sorpresas, lo que se interrumpe, estalla.
Dejarlo todo en manos de una fuente:
Las declaraciones en exceso son lo más común y terrible para el lector. No hay nada más fácil que hacer un texto de muchas declaraciones porque el alumno o periodista se ve salvado de caer en la opinión.
Las comillas son letales enemigos del periodista, porque al colocarlas en exceso le deja a la fuente toda la libertad de dar su información, su verdad. Y la narración no avanza, los hechos claros y directos no se cuentan. Las comillas deben ser breves.
Las fuentes hablan para denunciar algo concreto, hacer amenazas, alusiones o anuncios.
O cuando aquello no puede contarse mejor por el periodista.
Cuidado al titular con comillas
Deben ser realmente contundentes o una declaración insólita de un personaje muy llamativo
“Lo mataron por una arepa”
“Lo mataron por una arepa”
Sino debe preferir el hecho concreto
Asesinan a un joven frente a una arepera de Las Mercedes
En todo caso en el antetítulo es fundamental que cual es la fuente de esa cita. Quien habla.
Marcar distancia frente a la fuente
Siempre debe tratar a la fuente de usted, por respeto con ella y el lector. No se tutea en los textos y preferiblemente tampoco al entablar una conversación, preguntar en una rueda de prensa o en un foro.
Esto es fundamental porque todas las noticias proceden de una entrevista en el sentido literario.
Falta de datos precisos.
Falta de datos precisos.
Olvidar de cual alcaldía es que habla, de cuántos trabajadores se trata, el cargo de una fuente son errores fundamentales. Y es que cuando simplemente coloca el apellido del entrevistado abusa, maltrata al lector, que merece entender de manera clara y completa de lo que le hablamos y pierde credibilidad.
Y por último el más típico error de todos
No incluir en el texto elementos o datos que sí están en el título, antetítulo o sumario.